New York Downtown

De camino al bajo Manhattan paramos cerca de Flatiron building en la quinta avenida, un lugar a mi modo de ver recomendable para hace una pausa, tomar algo o simplemente contemplar a un lado el Flatiron (ahora en obras), y al otro la silueta del Empire State Building. 

Atravesando una pequeña parte del barrio chino, lo que queda de la pequeña Italia y el barrio del Soho, nos detenemos en wall street, distrito financiero influyente en la economía mundial. La caída de la bolsa de Nueva York en 1986, impulso una estatua de más de 3000 kilos, representada por un toro embistiendo, símbolo de la fuerza del pueblo tras la caída. 


Y muy cerca, otro momento conmemorativo está vez de un terrible atentado. Es difícil hacerse idea de cómo era el Trade World Center,  sigue produciendo escalofríos escuchar en los agujeros que lo conmemoran el incesante escurrir y desaparecer del agua en un hoyo que lo puede representar todo. Cómo ya dije en su día, en ese vació supura una herida que jamás se cerrará en el asfalto ni en los corazones de muchos neoyorkinos. Para el recuerdo quedan grabados con gran respeto sobre la piedra, al borde de las fuentes conmemorativas, los nombres de los 2996 fallecidos en el atentado del 11s.

... Y me quedo sin palabras. Y levantando la mirada del hoyo nos encontramos con las plásticas que nos envuelven, especialmente una a la que conocen como torre de la libertad, la One World Trade Center,  enorme rascacielos, uno de los 7 más alto del mundo, 541 metros a menudo ocultados entre las nubes. A sus pies asemejando a una Paloma volando el Oculus de Calatrava, impresionante mega estación de metro que une numerosas líneas. 

Y tras la comida paseo de unos cuantos kilómetros por las calles de la gran manzana, que repito una y mil veces, nunca deja de sorprenderte.

Mañana será otro día.


























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