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Nueva York despedida

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Zascandileando de nuevo la ciudad. No solo no duerme, tampoco se acaba nunca, Manhattan, Queens, el Bronx, Staten Island, Brooklyn, cinco dedos para una mano gigante, no da tiempo de enlazar nuestros dedos con los suyos, no da tiempo ni siquiera a chocar nuestras manos. Nos quedan tardes libres para despedirnos, para disfrutar de cualquiera de los innumerables rincones de la isla de Manhattan, para sobrevolarla o cruzar en el Ferry gratuito a Staten Island, solo por acercarnos un poco a la estatua de la libertad o simplemente ver alejarse el skyline del sur de la isla; o tomar una copa al otro lado del río en el Empire Outlet, desde donde hay unas vistas fabulosas.  Pero no, no hay tiempo de todo, si acaso acercarse al barrio chino, al Soho, a lo que queda de Littel Italy, pasear por la Avenida Broadway, asomarse a cualquiera de las miles de tiendas diseminadas por todas partes, tomar una copa en el Rooftop Bar en el 230 Fifth desde donde las vistas del centro de la isla son francament

New York repasito

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Anoche, un recorrido nocturno por los bonitos aledaños del  Rockefeller Center, su elegante pista de patinaje y el  simbólico "Atlas", titán griego que sostiene Nueva York; justo en frente cruzamos la 5ª Avenida atraídos por la majestuosidad de San Patricio, el segundo templo católico mas grande de  América del Norte. Y así son las tres mañanas de los días siguientes: lunes 26, martes 27 y miércoles 28. De camino al sur una paradita obligatoria al lado del Flatiron Building y una fotito de grupo con el elegante Empire State Building de fondo, antes de seguir hacia al sur y zambullirnos en Wall Street y la zona cero. Wall Street es una zona concurrida, muy vigilada, siempre ajetreada, salpicada de símbolos como la estatua de la niña frente al edificio de la bolsa desafiándolo, o el toro embistiendo a cualquier crisis que se atreva a acercarse. ¡Así son estos americanos, siempre echados para adelante!.  Muy cerquita la zona cero, zona de impacto, zona de recuerdo, zona que resu

Nueva York again

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New York again, la que dicen la ciudad que nunca duerme, pues es mentira, la ciudad solo se deja llevar por la frenética actividad del ser humano, que va, viene, se detiene, contempla, sigue... Y sigue, sin pausa, mientras la ciudad solo observa impasible cada minuto, se deja llevar, se deja hacer, se deja acariciar... No hay pausa, ni un sólo segundo, ni un resquicio para el silencio. Y es por eso que no duerme, porque no la dejamos dormir.  Hemos volado desde San Francisco cruzando Estados Unidos de oeste a este, y aquí estamos de nuevo, yendo y dejándonos llevar, bien perdidos en la vorágine de edificios, vehículos, personas, bomberos, policías, obreros, personas, personas. Muchas Personas.

San Francisco despedida

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Tenemos el día libre para darle un repasito a San Francisco, en nuestro caso decidimos comenzar por Washington Square, en North Beach, una parquecito donde los asiáticos  hacen Tai Chi los fines de semana. Seguimos cruzando el barrio italiano, que como ya dije se mezcla con Chinatown, bulliciosas calles y callejones, uno de los barrios chinos más antiguos de Estados Unidos. Cruzamos la calle Grant hasta la Dragon's Gate, icónica puerta de entrada al barrio.  Decidimos tomar un uber e ir a Muir Woods National Park, uno de los últimos bosques de secuoyas antiguas que quedan en el planeta. Secuoyas jóvenes de entre 600 y 800 años, la más antigua de este parque tiene unos 1200 años, joven también teniendo en cuenta que pueden vivir hasta 3000 o más años. El paseo por el bosque es francamente relajante, muy cómodo de andar, ideal para sentarte cerca de alguno de estos gigantescos árboles, guardar silencio y escuchar el susurro cuasi inapreciable de la grandiosa naturaleza que, de nuevo

Carmel, Monterrey, San Francisco

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Inspiración y refugio de artistas,pintores, intelectuales, poetas, y bohemios, este precioso pueblo de California cuenta además con playa de fina arena blanca y es una de la más bonitas, o eso dicen, de la costa oeste. Paseando por sus calles se encuentran algunas casas de los años veinte del siglo pasado, chimeneas de piedra asimétricas, puertas redondas, tejados retorcidos y formas singulares. Diseñadas en su día como casas de campo hoy parecen creadas para un cuento. Carmelo by The Sea, mantiene en cierto modo su espíritu rebelde, no existen los números de casas y por ende no hay buzones, ni farolas, ni neón. Y según se dice, están vetados los zapatos de tacones para no dañar las aceras. Un pueblecito donde parar un rato, situado en el golfo de Carmel en el océano Pacífico, tranquilo y pintoresco, cuenta además con numerosas tiendas familiares donde el trato es magnífico. De allí tomamos la "17 millas drive"  un bellísimo recorrido por la orilla de la bahía de Monterrey, u

Yosemite again

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Naturaleza, montaña, moles de granito recortando el horizonte y un poquito de agua en las cascadas gracias a las lluvias de la semana pasada. Tres mil km cuadrados en las laderas californianas de Sierra Nevada. Naturaleza en su estado puro, ríos cristalinos, caídas de agua que en esta época aún no son muy frecuentes y los imponentes acantilados de granito, una increíble diversidad biológica completando un paisaje acogedor donde el tiempo se vuelve a ralentizar. Sabemos que una importante y diversa fauna habita entre los árboles pero sólo alcanzamos a ver algunas ardillas y unas crías de oso negro con su madre.   Dominando todo, una pared vertical de 914 metros a la que se le conoce como "El Capitán", desafío favorito para los mejores escaladores del mundo que, por su cara desnuda, suelen hacerlo en 5 ó 6 días, consiguiéndolo solo el 60 por ciento. Tras un paseo precioso paramos en el "Túnel View" un mirador asombroso para admirar el valle de Yosemite y la majestuosi

Alcatraz, San Francisco

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Bahía de San Francisco, muchas mañanas la niebla flota, juega, rebota en sus aguas y cuando se cansa se disipa y desempaña el ambiente. Uno de los lugares más visitados, la isla de Alcatraz, "la roca" la que dicen fue la prisión Federal más segura, rodeada por las frías aguas de la bahía y el viento del Pacífico. Historias que cuentan e historias que nunca nadie contará. La miseria es inherente al hombre y, por desgracia, aflora más a menudo de lo que debiera. Por un lado los presos, asesinos convictos, ladrones sin escrúpulos, malos, muy malos; por otro lado los supuestamente buenos o dóciles a las normas, capaces de construir una prisión cómo está. No solo las celdas son desoladoras, todo el recinto en sí parece estar preparado más para el castigo que para rehabilitación. Así son las cosas. Y de nuevo en la ciudad otra visita al conocido barrio de los hippies, el cruce de las calles Haight Ashbury, lugar en los 60 del movimiento de contracultura, buscando nada menos la armo

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